Qué pequeña,
qué frágil.
Tanto que el Universo entero,
insondable,
necesita explicarse en su sonrisa.
Qué pequeña,
casi mágica.
Tanto que mis manos,
torpes y rústicas,
parecen no poder con su delicadeza.
Pero si vino a poner una línea,
una donde la vida se empieza a mirar, asombrosamente,
desde otro sitio.
Pero si trajo consigo lo inexplicable,
porque quién entiende como la vida se hace, nace,
y crece victoriosa.
Tan pequeña,
tan bella.
Tanto que mi poema,
éste que vive en mi boca,
es tan sólo para ella, la dulce Abril.
Tio Juan
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2 comentarios:
Lindísimo!!!! Gracias por quererla tanto!!!
hermoso juancho muy dulce
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